Un videojuego es una aplicación interactiva orientada al entretenimiento que, a través de ciertos mandos o controles, permite simular experiencias en la pantalla de un televisor, una computadora u otro dispositivo electrónico.
Las máquinas creadas específicamente para alojar videojuegos se conocen como arcade. Hasta hace pocos años, era posible encontrarlas en muchos establecimientos de ocio. Con el avance de la tecnología, los videojuegos pasaron a ser más usuales en videoconsolas (un dispositivo que se conecta al televisor) y en ordenadores. Por esta razón, el concepto de videojuego se utiliza para referirse a cualquier juego digital interactivo, independientemente de su soporte físico.
Desde pequeños aprendemos jugando, es casi el eje principal de la educación en las primeras etapas de nuestras vidas. El juego va adquiriendo diferentes niveles de protagonismo a medida que vamos cumpliendo años, pero nunca deja de acompañarnos, al menos nunca debería. Es saludable para nuestro ánimo y para nuestro desarrollo, incluso desde el punto de vista intelectual porque permite aumentar la motivación para el aprendizaje de diversas materias como las matemáticas y las ciencias, y el conjunto de las enseñanzas. Pese a los indudables beneficios que esta actividad comporta, en algunos casos el uso excesivo da paso al abuso y en otros provoca serios problemas personales, sociales y familiares.
Por otra parte, la inteligencia no parece sufrir ningún tipo de deterioro por la utilización de los videojuegos. Por el contrario, favorece el desarrollo de aspectos de la inteligencia, sobre todo los de carácter espacial.
A pesar de las cuestiones positivas, siempre debemos tener en cuenta todos aquellos aspectos negativos, lo ideal es no perder de vista que aunque los videojuegos están en función del entretenimiento y son utilizados como herramientas para posibilitar o potencializar el aprendizaje, siempre y cuando exista un buen uso y control por parte de nosotros no tenemos nada que temer.
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